EL HOTEL

Vivir en el hotel es como vivir en otro mundo. Un mundo subterraneo, lleno de laberintos oscuros (y que huelen mal). Vas por los pasillos mirando a todas partes, intentando memorizar los cartelitos, porque o haces eso o dejas migas de pan para no perderte.
Los pasillos unen los 3 hoteles, y cada cosa que buscas está siempre en el otro lado, estes donde estes.
Que buscas la lavadora? Tu siempre estarás en la otra parte del hotel.
Que buscas el comedor? Ten por seguro que no estás en la parte correcta.
Y ya no digamos si vas a salir a la calle: ¡¡¡toda una odisea!!! (como la de Ulises, o peor).
Y no es que sea fácil atravesar los pasillos, porque están llenos de escaleras que, entre que subes y bajas, llegas al mismo sitio del que has salido.
Y eso que tengo buen sentido de la orientación, pero ni con un mapa en la mano lograré salir... vamos, que estoy perdida... Es verdad eso que dicen que la isla te atrapa. Yo ya lo estoy, y dentro del hotel, sin necesidad de pisar la playa.

Saludos,
Pi

P.D.: la coca-cola sigue sabiendo rara...