LOS CHECOS, BEN Y EL FANTASMA DEL HOTEL

Nos invaden!!!
El sábado por la noche, llegó de madrugada un autocar lleno de extranjeros. Estando aquí tan poco tiempo, todavía me sorprende que aterricen aviones tan tarde, y que además, una manada de bestias pardas llegue a las tantas al hotel, pero bueno... Todo va bien el domingo a la hora de la comida. El salón está tranquilo, los inglesitos y alemanes van a lo suyo, y de repente: jaleo en la puerta. Bryan se está peleando con unos clientes. Pero más tarde la cosa se calma. Hasta que los camareros empezamos a notar cosas raras. Cada uno de nosotros tiene al menos una mesa en la que no han pedido nada de beber. Qué raro!! Y cada vez son más lo que no piden nada !!!
Entonces llega el metre, les explica que con la pensión completa les entra también la bebida, pero ellos no pillan una. Así que mandamos a Pedro, que por no entender no entiende bien ni el castellano, y con muchos aspavientos y jugando a las películas les suelta, como bien puede, que con pulserita sí bebes, y cuanto más bebes más ganamos los camareros, pero así: NO PAY, TU DRINK Y YO GANO PELAS!!! Vamos, un show, nosotros íbamos por el suelo y los clientes empiezan a beber.
Pero ahora viene la parte más fea: empiezan a gritarnos (porque gritan un montón) PIBO!!!PIBO!!!
¿y qué será eso? Hasta que hace acto de presencia el idioma universal: las señas.
Y señalan la cerveza!
Ah! Tu quieres una beer!
Haberlo dicho antes!

Bueno, los checos controlados. Pero no hay manera de hablar y practicar el inglés, porque los clientes sólo te llaman para pedir bebida.
Pero entonces tropiezo con Ben. Oh, Ben! Rubio, ojos azules, divertido, simpático, amable... Cuando crezca me lo pido, porque ahora sólo tiene 3 años. Pero es de lo mejor. Es el único con el que hablo en inglés, y es raro porque nos entendemos perfectamente (así será mi nivel...).
Claro que también tengo que mencionar a Ellie, la hermana de Ben, a Hanna y su osito Teddy, a Harry y en general a todos los peques del comedor.

Para despedirme, tengo que contar la historia del Fantasma del Hotel,una de tantas que cuentan los camareros veteranos a la hora de cenar.
Resulta que hace unos años, una camarera de piso, haciendo la ronda de los clientes que ya se habían ido, entró en una habitación, y se encontró a un hombre muerto en la cama. Le dió un ataque al corazón. Y desde entonces, sólo cuando ya no quedan clientes en el hotel, por la noche se oyen cadenas, y hasta los guardias de seguridad se asustan, ya que el hotel está desierto...

Saludos,
Pi

P.D.: hoy tengo que mencionar a mi compañera en los almuerzos, Mari, por la paciencia que ha tenido en enseñarmelo todo...un besito Mari.
P.D.2: también tengo que mencionar a Toni, y sus historias del hotel y sus experimentos, porque sin ellas no serían tan divertidas esas noches con la cervecita...