GAVIOTAS, 300 Y TRONAS

El viernes por la tarde, mientras hacíamos los cubiertos, nos dijo el jefe que llegaban de improvisto, como 300 personas al hotel. ¿300? ¿esta noche?
Así que el Apocalipsis empieza, porque no tenemos suficientes copas, ya que las 400 que pidieron ya están rotas, así que nos dedicamos a limpiarlas al momento. Un show! 300 personas que se han visto sin maletas y con un retraso en el aeropuerto hasta el día siguiente. Y cómo no, hambrientos hasta decir basta.
Y allí nos ves, un sin parar de sacar bebidas, recoger platos, montar mesas... Y justo el viernes, que había quedado y quería salir pronto. Ja! Sólo cabía rezar por un milagro, que no vino. Ni cenar pude.

Luego, más tarde, tomándonos la cervecita de rigor (porque es lo único que se puede hacer por aquí), Alberto nos contaba que se había guardado un sandwich en la habitación para comérselo después de la ducha. En eso, que cuando entra al cuerto sorprende in fraganti a una gaviota que había entrado por la ventana y se estaba comiendo el atún del sandwich. Así que el pobre Alberto se quedó sin cena.
Y nos ves a los 2 en el Raffles comiendo patatas, de estas de bolsita, muertos de hambre y con los estómagos rugiendo.

El otro día, en el comedor, vinieron unos españoles a comer, y le preguntaron a mi compañero Carreño si teníamos tronas. En eso que él, siguiendo la mirada de la mujer, se gira hacia el carrito de bebidas y le responde que no, que sólo teníamos Pepsi-cola, kas y 7up. Y allí nos ves a los 3, Mari, Jose y yo, por el suelo, y diciéndole a Carreño que las tronas eran las sillitas para bebes. Una risa...

Ha sido una semana bastante movidita e interesante. Pero muy triste, porque me he acordado mucho de mi familia, mis amigos, mi casa y por supuesto de la horchata de la heladería. Que si me renuevan para Septiembre me quedaré sin probarla hasta el año que viene...

Saludos,
Pi

P.D.: hay cosas imprescindibles en mi vida: mi gente, por supuesto, los cafés del sábado, los pitis en la vía y el paseo de rigor por la playa antes de ir a casa. Llamadme sentimental, porque me lo merezco.
P.D.2: Peke, que si que trabajo, y un montón... aquí no se para nada de nada...besitos.