INCERTIDUMBRE, DÍAS FLOJOS Y BAJAS LABORALES

El fin se acerca. Buena muestra de ello es el caos absoluto en el comedor. Ya sabeis lo que dice la ley de Murphy: si algo puede salir mal, ten por seguro que saldrá mal. Y así ha sido. Ha caido una agencia y el hotel no se ha llenado. Así que estamos empezando a librar, no sólo los nuevos, sino también los veteranos. Pero no es eso lo peor. Sino que han empezando los malos rollos en cuanto al número de días que librará cada uno.
Ha ido todo rodado. No hay apenas trabajo. A mediodía nos miramos unos a otros, jugamos a los barquitos (ya sabeis: agua, tocado y hundido). En fin, lo dicho, el fin está cerca.
Además, ya huele a septiembre. Porque septiembre tiene un olor diferente al resto del verano. Empieza a refrescar por las noches, también necesitas una rebeca para las mañanas, el sol no agobia, y hasta los turistas son diferentes. Son turista de septiembre.
Pero que quereis? Adoso septiembre. Es un mes especial, porque hay cosas que terminan, y otras que empiezan. Es un mes de cambios. De cambios bruscos y emocionantes. Es el mes de la vuelta al cole (volver a empezar, otra vez, volver a comprar zapatos y libros...jejeje), de las despedidas de los amigos veraniegos, de ordenar armarios con ropa diferente, y en mi caso de hacer las maletas. Porque mis días en la isla están contados...

Algunos compañeros ya se han ido. BRYAN, ANDDREA, JOSE y ALBERTO han marchado a casa, y os aseguro que se les hecha en falta. Algunos se llevan consigo algo más que la ropa y sus cosas, como Alberto, que llega a Valladolid con un tatuaje, y muy bonito.

En fin, queda na' y menos.
Saludos,
Pi

P.D.: mamá, en unos días estoy en casa.
P.D.2: no os podeis ni imaginar lo que voy a hechar de menos esto. Y a esta gente. No me quiero irrrrrrr!!!!!!!!